Caos vial de Panamá: El país se está quedando sin calles para el transito vehicular

“País en vías de desarrollo”, es lo que normalmente escuchamos de Panamá, sin embargo, la realidad que vive la nación en materia de tránsito vehicular es totalmente diferente a lo que se está promocionando.

El caos es lo que continúa caracterizando el movimiento vial, especialmente en la ciudad capital. Pero esta situación se ha agravado significativamente en las últimas semanas, debido a que la construcción de puentes vehiculares en diversos sectores con altos niveles de tráfico se ha detenido en determinados momentos, por causas inexplicables.

Paralelamente, la venta de autos nuevos ha crecido alrededor del 18,1% en tal solo seis meses, en comparación con el año 2007, una tendencia que podría acelerarse ya que este tipo de adquisiciones por parte de los consumidores se realizan a fin de año.

Todo esto ha puesto en evidencia algo que todos sabemos: El país se está quedando sin calles, pero ¿Qué hacer?

Algunos arquitectos y urbanistas señalan que para enfrentar esta situación es necesario ampliar las calles, otros señalan que el problema sólo resolverá mientras cuando la ciudad cuente con sistema de transporte masivo, que incentive a las personas a dejar sus automóviles en casa, y otros explican que la instalación de puentes vehiculares mejorará el flujo vehicular.

El problema es que en algunos sectores de la capital la construcción de esos puentes, se han detenido por meses y peor aún, crean más caos vehicular, por la cantidad de equipos que se quedan en el sitio de trabajo y los desvíos que se crean al momento de su edificación.

Esto no solo afecta el tiempo en que las personas se trasladan entre sus vinieras y sus puestos de trabajo, sino que reduce su calidad de vida e incluso puede afectar negativamente su salud, por los altos niveles de estrés a que se ven sometidas al tratar de llegar a su destino.

El Gobierno debe tomar conciencia de esta situación, porque el largo tiempo que pasan en los tranques vehiculares afecta negativamente la eficiencia y productividad de los trabajadores.

Para obtener un país desarrollado, la calidad de vida debe mejorar, como mayor y eficiente infraestructura que permita trasladarse de un lado a otro, sin que se vuelva “una misión imposible”.

Fuente: Kerem Pérez-Capital Financiero Panamá


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